Los ratones son animales por lo general muy limpios, por lo que no es necesario bañarlos a no ser que ni ellos puedan quitarse la suciedad (por ejemplo, mancharse de
aceite al ponerlo en la rueda). Se acicalan ellos mismo y los unos a los otros, manteniendo su cuerpo limpio. Orinan en esquinas y no les gusta que haya porquería en el
nido, por lo que es fácil ver algún ratón que se ocupa de sacar heces y cáscaras mientras reorganiza el nido, y también "organizando" el heno.
Para mantener una buena higiene en el hábitat de nuestros ratones hay que seguir unos pasos muy sencillos:
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Usar un sustrato adecuado: cuanto más absorvente sea, más tiempo durará limpio y sin olores, y tendremos
que cambiarlo con menos frecuencia (en alojamiento hablamos de los sustratos).
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Lavar con frecuencia (mejor si es a diario) el comedero, pues suelen orinar en él.
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El bebedero debe cambiarse cada 2 o 3 días para lavarlo y poner agua fresca.
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Una vez a la semana hay que lavar el comedero y el bebedero a fondo.
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Sacar los alimentos frescos de un día para otro para evitar que se pudran. A veces no es fácil
encontrarlos porque los entierran.
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Buscar las esquinas donde orinan y limpiarlas con más frecuencia, así evitamos que se acumule amoníaco, que
es perjudicial para los ratones.
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No suelen ser cuidadosos con los juguetes por lo que orinan frecuentemente en ellos. Los de
plástico deben limpiarse a menudo (si puede ser, diariamente), y los de madera hay que barnizarlos para evitar que huelan y se estropeen rápidamente.
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