CÓMO CRIAMOS

 

 

Nuestra cría empezó en julio de 2010 con muy poca información y prácticamente dando "palos de ciego". El tiempo y el aprendizaje a través de diversas webs extranjeras, compartiendo experiencias y a través de las nuestras propias, nos han dado los conocimientos de los que disponemos ahora. Nos sentimos orgullosos de poder seguir mejorando día a día, aunque aún nos queda camino por recorrer y esperamos seguir aprendiendo. 

 

 

Ante todo, nunca criamos ni hemos criado con afán de conseguir dinero. Una buena cría requiere de unos gastos y un tiempo de dedicación considerables, os podemos asegurar que perdemos mucho más de lo que ganamos. Además, el dinero conseguido lo seguimos invirtiendo en nuestros animales. Para ganar dinero no hablaríamos de cría, sino de producción, ya que producir animales tiene como objetivo el beneficio económico. Preferimos diferenciar ambos términos para que la gente entienda mejor nuestra forma de hacer:

• quién "cría" de forma responsable busca lograr unos animales sanos, con menor consanguinidad, sociables y que sean buenas mascotas. 
• quién "produce" animales busca el beneficio económico. Para obtener ganancias tiene muchísimos animales, no invierte en sus cuidados, no los cura si enferman y los hace criar y criar para vender mucho. 

 

 

 

 

La elección de la hembra que queremos que sea mamá la hacemos mirando varios factores:

 

- edad: nunca criamos con hembras de menos de 4 meses. Si no conocemos su edad y vino sin tener el tamaño adulto le sumamos de 3 a 4 meses, y si ya vino adulta sumamos como mínimo otros 3 meses más en casa. Y como edad máxima no pasamos de los 11-12 meses.

 

- peso: elegimos hembras con más de 25gr de peso y que tengan un cuerpo desarrollado correctamente. 

 

- salud: si la hembra ha tenido algún problema de salud grave o alguna enfermedad crónica, la descartamos para la cría y se queda con nosotros como una más de la familia.

 

- carácter: nunca criamos con hembras de mal carácter, que muerdan, que sean terriblemente asustadizas o que sean ariscas. Escogemos hembras que sean buenas con nosotros, se dejen manosear y no se asusten. Aunque el carácter no se hereda de forma tan notoria como en las ratas, si la hembra está feliz y tranquila con nosotros, notamos que los bebés están más relajados y se sociabilizan mejor con las personas.

 

 

 

La elección del padre la hacemos pensando en:

 

- peso: no juntaríamos nunca a un macho de gran tamaño con una hembra pequeña. Podría ocasionarle graves problemas a la hembra si tiene fetos muy grandes. Elegimos, en primer lugar, un macho de peso y tamaño parecido a la hembra. Tampoco elegimos machos muy pequeños, para no tener bebés enanos.

 

- carácter: por muy bonito que sea, si el macho es agresivo o muy asustadizo tampoco lo elegimos como reproductor. 

 

- salud: seguimos los mismos criterios que para las hembras.

 

- edad: aunque no es tan importante como en la hembra, no criamos con machos de más de un año.

 

 

 

 

 

No tenemos nunca más de 2 camadas con la misma hembra. La mayoría de veces sólo la hacemos criar una única vez. En el caso de querer una segunda camada con ella, esperamos de 2 a 4 meses desde el destete de su primera camada para volverla a juntar con un macho.

 

 

Si una hembra ha sido mala madre (por ejemplo si ha matado a toda la camada en el momento de nacer) la descartamos para una segunda vez, al menos que pensemos que pueden haber influido factores externos a la hembra y que no hayamos previsto.

 

 

Cuando vemos que una hembra no sirve para la cría, se ha quedado pequeña, ya ha tenido sus camadas o es mayor, la consideramos "retirada" y siempre se queda en casa. Nunca la daremos por no sernos "útil".

 

 

Tampoco tendremos más de 3 camadas con el mismo macho. Y al igual que las hembras, los machos que ya hayan criado o no sirvan para la cría se quedarán en casa.

 

 

 

 

 

No criamos con ratones que hayamos adoptado de particulares. No nos parece ético ni moral criar con animales que se han dado en adopción, si adoptamos lo hacemos para disfrutar de ellos como mascotas.

 

 

 

 

A la hora de juntar a la pareja que hemos elegido lo hacemos en una jaula pensada para la hembra, donde vaya a tener a sus bebés hasta el destete. De esta forma le evitamos cualquier posible estrés, pues ya conocerá la jaula y será toda suya para tener a sus bebés.

 

 

Normalmente juntamos por parejas, pero a veces lo hacemos por tríos de un macho y 2 hembras. En este caso, las dos hembras ya viven en el mismo grupo antes de conocer al macho. O sea, que no son extrañas la una de la otra.

 

 

Una vez confirmado el embarazo retiramos siempre al macho para que no esté presente en el parto. Las ratonas pueden volver a quedarse preñadas si hay un macho justo después de un parto, cosa que no queremos porque es muchísimo desgaste para la hembra.

 

 

Mientras dura el embarazo cuidamos al máximo de la futura madre, tanto la alimentación como otros factores. La sacamos a que haga ejercicio, vigilamos que esté todo bien (la limpieza de jaula, que tenga una casita, que no le falte comida...) y sobretodo que esté tranquila y cómoda, más aún cuando el parto está próximo.

 

 

A la hora de parir, siempre tenemos a la hembra sola o, como mucho, tendrá de compañera a la otra hembra del caso del trío. Hemos podido comprobar que sacan mejor a sus bebés solas o siendo 2 madres al mismo tiempo, que no dentro del grupo. Siendo un grupo suelen descuidar más a sus crías y muchas veces los partos no han salido bien, mientras que estando solas no tienen problemas.

 

 

 

 

 

Los bebés, desde el momento en que la madre nos lo permite (aunque nunca antes de los 4 días), los cogemos a diario para que no les sean extrañas las manos. A medida que crecen los vamos sociabilizando con nosotros y con otros animales. A partir de las 3 semanas los sacamos de "excursión" con otros ratones, les ponemos juguetes, los llevamos a conocer más la casa... poco a poco les introducimos cosas nuevas.

 

 

 

 

Nunca aceptaremos reservas de los bebés hasta que no tengan su color definido, su nombre de camada y los ojos abiertos con 2 semanas. Nos reservamos el derecho a elegir los bebés que queremos que se queden en casa por encima de las peticiones.

 

 

 

 

El destete de los bebés se hace cuando cumplen el mes de vida y hasta que no ha pasado una semana desde el destete no los consideramos preparados para irse de casa. Durante esa semana observamos si se han adaptado bien a vivir sin su mamá, si comen bien, si no tienen problemas...

 

 

Si hay algún bebé más pequeño o débil se quedará más tiempo en casa (con o sin su madre) hasta que lo consideremos preparado.

 

 

Para viajar, preferimos esperar a que cumplan el mes y medio de vida, para garantizar que soportarán el viaje. 

 

 

 

 

Si alguno de los bebés no encuentra hogar se queda en casa. No consideramos ético que por no encontrarle hogar tengamos que deshacernos del pequeñín.

 

 

Los bebés que salen de colores muy "normales", como los albinos y los agutís, los ofrecemos en adopción para intentar darles una oportunidad de encontrar hogar. También ofrecemos en adopción si alguno de nuestros bebés lleva tiempo buscando casa y ha crecido, aunque nos reservamos el derecho de elegir a quién se dan en adopción (que hay mucho gorrón por el mundo). Si pasado un tiempo no encuentran hogar, se quedan en casa.

 

 

 

 

 

Y por supuesto, mantenemos a los futuros adoptantes informados en todo momento sobre los bebés :)